jueves, 27 de junio de 2013

Tsuki

Publicado por Onnanoko en 22:58 0 comentarios



Quería hacerle unas fotos un poco más decentes para enseñar el nuevo look de Tsuki (creo que por fin encontré lo que necesitaba para él), pero la cámara estaba sin batería, así que tuve que tirar de móvil.

Lo peor de todo, es que el muy estúpido se me tiró de cabeza al suelo, y menos mal fué poca altura, porque si llega a tirarse de cabeza desde más alto. Cuando lo levanté del suelo vi que desafortunadamente se desconchó el msc de la nariz. Tuve que lijar un poco, y quitarle los restos que estaban medio sueltos para que no se le notase tanto, pero aún así, si te fijas... se nota U.U

Creo que Tsuki  y yo no congeniamos o algo, porque llevo años para encontrarme con él, y cuando por fin parece que la cosa funciona, va y se me tira de morros al suelo.


Compritas M3

Publicado por Onnanoko en 6:36 0 comentarios
Hacía tiempo que no actualizaba nada. He estado bastante liada con las clases de Foto, las prácticas y... otros menesteres ^^.

Esta mañana llegó un paquete de M3 que pedí hace un mes. Lo cierto es que estaba un poco acongojonadilla porque pedí el envío normal, y en la página web no actualizaron en ningún momento el estado, así que no sabía que pasaba.
Resultó que como pedí un traje de chaqueta para Tsuki, tardaron un montón en hacerlo (yo creía que los tenían en stock...) y por eso lo enviaron tan tarde. Pero afortunadamente, llegó sano y salvo y sin aduanas.



Estas son las cosillas que pedí: la cámara, el portátil y la camiseta para Reira.

Sé que debería actualizar más a menudo y sacar más fotos a los muñecos, pero me da tanta pereza luego subir las fotos... Eso sí, dejo pendiente subir una foto de Tsuki con el traje nuevo, porque por fin puedo decir que ya he encontrado su estilo (después de 5 años....)

miércoles, 5 de junio de 2013

Historia: una mala noche

Publicado por Onnanoko en 9:39 0 comentarios


Esa noche había bebido, tal vez demasiado. Salí de aquel antro y al volver la esquina al callejón, vi a una pareja discutir. Ella lloraba y él la zarandeaba. No entendía cual era la discusión pero algo me llevaba hacia ellos.Cuando estuve a su lado lo empujé levemente y le susurré que la dejara en paz.-Tío no estás en condiciones- me respondió él. Me apartó de un empujón y continuó discutiendo con la chica.-¡Deja de tocar los huevos! - le grité y él se volvió hacia mí.-Tío no te metas - volvió a empujarme-¡Que la dejes en paz! - le devolví el empujón.- Piérdete - dijo ella. Me giré ligeramente hacia ella, ¿le estaba salvando el culo y me echaba?. Sin darme cuenta un puño se acercó demasiado rápido a mi cara, ese tipo me asestó un golpe en toda la nariz, sangraba.El animal que llevaba dentro rugió y arañó con sus garras mi piel, deseoso de salir. Esa sangre en mi nariz era el comienzo.- No tienes idea de lo que acabas de hacer - le dije y acto seguido le sacudí un buen golpe en el estómago. Dio dos pasos hacia atrás, apoyó el pie derecho fuertemente en el suelo y acto seguido me arroyó. Caímos al suelo, él sobre mi, y comenzó a golpearme la cara con sus puños con todas sus fuerzas.-¡Cierra la boca payaso, te dije que no te metieras! - continuó golpeando y golpeando.  Sentía sus golpes, pero era lo de menos. Lo que más me aterraba era aquella bestia que quería salir.Sujeté con fuerza por el cuello al chico y lo levanté en el aire. Ya era tarde aquel perro ya había salido. Le miré a los ojos mientras sus pies zarandeaban en el aire, intentando zafarse de mis manos, pero no podía, veía miedo en su interior, lo olía. La chica gritó, corrió hacia mi y me golpeaba en los brazos, quería soltar a su amigo. Pobre inocente.La miré, estaba aterrada. Solté una mano del cuello del chico y aparté a ella de un manotazo. - Ahora no me toques los huevos puta.Lancé al tipo contra la pared y cayó en un montón de cubos de basura. Lo agarré por un pie y lo arrastré por el callejón. La chica estaba inmóvil, me miraba aterrorizada.Biribip, biribip.Sonó el telefono, lo cogí- Kal, llegas tarde, ¿ya te estás metiendo en lios? Prometiste contarme un cuento antes de dormir. - Aquella vocecilla era la salvación de estos dos perdedores. Tora llamaba y no podía negarme, él me había salvado la vida una vez y se lo debía.
 

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